El arte es, sobre todo, un encuentro con el espectador. ¡Y qué mejor que recibirle con una buena cerveza!
El artista nacido en Francia (pero con sede en Berlín) Cyprien Gaillard ha construido una pirámide con 72.000 botellas de cerveza en el KW Institute for Contemporary Art de Berlín y ha invitado a los visitantes a contribuir en su obra de manera clave: consiguiendo que se la beban.
El tema aquí es plasmar, según dice el sitio web del museo, que la preservación de un monumento va de la mano con la destrucción del mismo.
Con el fin de salvaguardar la arquitectura, los monumentos y reliquias culturales, a menudo las destruímos con el traslado o su exposición. Las cajas de cartón llenas de botellas de Efes Pilsen (que han sido transportadas ex profeso desde Turquía a Berlin para mostrar el espolio de los bienes arquitectónicos ajenos) forman los niveles de la pirámide para que la gente se pueda subir hasta la cumbre.
Al utilizar el monumento como plataforma para las personas, Cyprien quería iniciar su destrucción sin ni siquiera poner los labios sobre la cerveza, de tal manera que al sacar las botellas y beberlas, la pirámide iría cayendo por el peso de la gente, dejando todo aquello de infarto de miocardio para la señora de la limpieza.
“Encarna tanto el concepto de desplazamiento y como el del colonialismo turístico que acaba con la vida de nuestros bienes culturales”, afirma su autor.
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