¿Cómo llegó un chico que soñaba con hacer películas a ser uno de los mejores bartenders del mundo? Algunos hablan de talento y otros, de pasión.
Renato “Tato” Giovannoni estudió Cine en los Estados Unidos y se recibió de director de Arte Publicitario. Le gusta saber, dibujar y aventurarse en el mar. Según cuenta, la vida se encargó de que todos sus intereses confluyeran en un oficio: crear tragos y bebidas.
Un día se despidió del mar y del bosque de Pinamar y fue en búsqueda de su futuro. Estudió Diseño Gráfico y Dirección de Arte en la Escuelita de creativos, y Cine en la New York Film Academy.
De regreso al país, empezó a trabajar en las barras de Gran Bar Danzón, Sucre y Faena Hotel. Su talento y creatividad no pasaron inadvertidos. Fue embajador de varias marcas de destilados y diseñó la carta de tragos para Malbec House (Estados Unidos), la cadena Gaucho y el bar Galante (Reino Unido) y La teatrería (México).
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En 2013, fundó Florería Atlántico, elegido como uno de los 50 mejores bares del mundo por la revista Drinks International. Unos meses más tarde, Tato creó el gin Príncipe de los Apóstoles, elaborado con yerba mate, pomelo rosado, eucalipto peperina y enebro. Le siguieron la tónica y la ginger ale Pulpo Blanco, el vermú Giovannoni y las cervezas Bosquísima y Marítima.
Un barman decide crear una cerveza. Para algunos, una irreverencia. Para Tato Giovannoni, una nueva aventura. Que contenga al mar y al bosque. Que sorprenda al paladar. Que beberla sea una experiencia diferente. Eso fue lo que impulsó a Tato cuando se propuso hacer su cerveza.
Aunque los dueños de Antares, el buque insignia de las cervecerías artesanales argentinas, nunca habían elaborado una variedad por encargo, se entusiasmaron
con el desafío que les planteaba Tato Giovannoni.
Luego de un año de búsquedas y experimentaciones, nacieron Marítima y Bosquísima.
Martítima es una cerveza de trigo liviana y fresca, inspirada en la Saison belga, con un toque cítrico y sal marina de la Patagonia.
Bosquísima, con base de trigo, tiene algunos grados más que graduación alcohólica que Marítima, y remite a la Goose belga. El toque “Giovannoni” es un blend de tres pinos seleccionados entre 90 especies de coníferas.
Son algo más que dos variedades de cerveza: son vivencias.
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En septiembre de 2015, Tato inauguró Brasero Atlántico, un restaurante que permite redescubrir los sabores autóctonos. Un año más tarde, sumó su impronta a Chori: un nuevo concepto de comida callejera, que mixtura variedades de choripán y tragos a base de gin Príncipe de los Apóstoles.
En 2016, se editó Coctelería argentina: el mar de Tato, un libro que cuenta quién es Tato y cómo surgen sus creaciones.
Inspiración y trabajo. Decisión y experiencia. Investigación y prueba. Cada sueño convertido en una nueva aventura. Y el mar, siempre el mar. Eso es Tato Giovannoni.
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